Hoy "El Labrador" tiene 87 años

Hoy "El Labrador" tiene 87 años, pero por 74 años escribir cada una de sus páginas significó una verdadera obra de arte y, aunque en períodos, las herramientas y medios confabularon contra la mano del artista, éste siempre se dio tiempo y maña para sacar adelante su largo trabajo.Y era una verdadera obra de arte, porque para que los melipillanos pudieran leer una sola página debían pasar cerca de tres horas de ardua labor, donde el artesano edificaba letra a letra y coma a coma cada una de las columnas.Tipografía se llamaba este proceso, en que utilizando la vieja técnica de Gutemberg, el tipógrafo de pie frente a una caja de madera que contiene cada letra y cada signo ortográfico, iba dando forma a un escrito.Cuando el diario nació allá por el año 1921, al amparo de los talleres de la Escuela Parroquial, fueron precisamente muchos de sus alumnos quienes oficiaron de aprendices en las cajas tipográficas, para posteriormente convertirse en maestros de una técnica que al igual que en la Edad Media se enseñaba de persona a persona, de viejo a joven, de maestro a discípulo.Por eso cuando en 1995 se editó la última edición del antiguo "El Labrador" se fue con él una de las tradiciones más queridas de la prensa chilena, pues -en esos años- éste era el único diario en el país que se hacía enteramente manual.Sin embargo, era necesario que nuestro medio de comunicación se fuera modernizando y en ese año el cambio de formato y diagramación fue sólo posible gracias a un sistema computarizado, que junto a jóvenes profesionales fueron dándole vida al nuevo "El Labrador". Hoy nuestro compromiso es aún más fuerte y, por eso, queremos entregarle un mejor servicio a nuestro lectores, el que se ha logrado con fuertes inversiones de dinero y la profesionalización de los trabajadores de nuestro medio de comunicación."El Labrador" no ha sido mudo testigo del acontecer de nuestra provincia. Por el contrario, si sus páginas hablaran podrían estar días y noches enteras contándonos lo que ha pasado en Melipilla y sus alrededores en este siglo.Además, su espíritu sigue impregnado de letras, cuentos, notas informativas, crónicas y fotografías, que dicen de hombres y mujeres que han recorrido las calles de la ciudad. Narran la vida, la muerte, los sucesos y los hechos que dan origen a lo que hoy es nuestra querida Melipilla.Sus ajados volúmenes son la muestra de las manos escolares y adultas que han dado vuelta las páginas en busca de información de lo que fue y es nuestra ciudad o tal vez han buscado en sus patrimoniales hojas "los espíritus de los cuatro diablos" que han estado siempre junto a nosotros

informa :el profe de historia